Cuando todo aquello que se da por sentado puede incluso no llegar, es entonces cuando aparece la frustración. Para ser feliz en la vida no basta con tener las necesidades básicas cubiertas, con tener una vida estable, etc. Todo esto ayuda mucho, pero sin embargo hay épocas de nuestra vida que son precarias en algún sentido, como el económico o laboral, o tal vez otras en las que hemos tenido problemas en nuestras relaciones familiares y sin embargo, y pese a todo ello, hemos sido felices. En parte la memoria hace su trabajo ayudándonos a recordar sólo lo positivo. Pero además puede que ocurriera el hecho más importante para ser feliz, que tuviéramos un sentido en nuestra vida. Algo con un significado superior que hacía que estos problemas económicos o familiares fueran más bien inconvenientes, pero no obstáculos para nuestra felicidad.
Y en cada época de nuestra vida, en cada una de nuestras edades ese significado lo encontrábamos en una cosa diferente. Vamos cambiando y con nosotros cambian nuestros valores, nuestros intereses, nuestra forma de ver la vida, y también su significado. El cambio es imperceptible en el día a día, pero es una oportunidad para la felicidad. Como dice Anthony Robbins, “¿Qué necesitas para ser feliz? Siempre les respondo la misma palabra: Progreso. Progreso equivale a felicidad. Incluso si no estás donde quieres estar, si estás en el camino, si estás progresando, te va a encantar, te vas a sentir vivo. Por otro lado no importa cuán exitoso seas, si dejas de crecer empiezas a morir por dentro.”
Sin embargo a veces esperamos cosas de la vida que nos parecen irrenunciables, cosas que hemos pensado que a tal edad íbamos a tener sí o sí. Y resulta que no, que la vida va a la suya y no cree en el destino. Es entonces, como decía al principio, cuando aparece la frustración. Suele decirse que de las crisis surgen las oportunidades. Pero a la vez también se puede encontrar un sentido nuevo a la vida. Cada circunstancia puede generar nuevos significados. No hay un solo modo de ser feliz. Ni un solo modo de hacer bien las cosas.