Las relaciones en la distancia. Diario de una aviadora. 20/01/2018 Las abuelas de las mujeres de mi generación aún asumían que la mujer tenía ciertos roles intransferibles. Y en mi recuerdo sigue el día que mi abuela materna me dijo que llegaría un día en el que me apetecería casarme, y que por supuesto mi marido no permitiría que continuase yendo «al helicóptero ese». A ojos de mi abuela, el helicóptero y el avión representaban el mismo aparato. Al fin y al cabo, volaba y me mantenía ocupada fuera de casa…
Tuve la suerte de vivir la entrada de los famosos portales de citas y ligues por la red, cuando era soltera y ya volando. Sí, entonces eran dos, uno de ellos para muy exigentes. Han pasado casi veinte años, y como en aquel entonces no teníamos móviles tan preparados como hasta nuestros días, la conexión era desde el PC de casa. No había sobremesa en la cafetería sin que alguien contase alguna anécdota relacionada con esta nueva forma de conocer gente. Y de veras me sorprende esa evolución, hemos pasado a limitar nuestra forma de relacionarnos en general. Del palo; «érase un hombre a un móvil pegado».
Ni l@s pilotos tenemos un amor en cada aeropuerto, y ni siquiera resulta tan complicado mantener a la familia. Para que esta permanezca unida se requiere un esfuerzo por ambos miembros de la pareja, de ahí el compromiso de permanecer juntos frente a viento y marea. No vamos a negar que por los horarios de trabajo de un tripulante no es posible estar en todas las reuniones familiares, porque no todos los fines de semana estamos en casa. Pero son muchos los trabajos que mantienen turnos caprichosos, incluso nocturnos.
¿Hasta dónde quieres llegar en tu relación de pareja? ¿Qué expectativas depositas en la otra persona? Este viene a ser el barómetro de la felicidad, con independencia de la situación laboral personal, credo o religión. Las personas estamos en continua evolución, por elección propia y condicionados por las circunstancias del presente, ¿será amor verdadero? Entonces permanecerá.