Dijo sobre él Oprah Winfrey que fue uno de los entrevistados que más marcada la habían dejado, porque descubrió con su historia que nunca es tarde, y que la educación, sin importar la edad, sigue siendo una puerta abierta. Se trata de George Dawson, el hombre que aprendió a leer y escribir a los 98 años.
Una tarde gris de invierno un representante de la escuela de adultos tocó a su puerta para ofrecerle la oportunidad de asistir a clase. George, se dijo para sí mismo: “Tengo todo el tiempo del mundo para mejorar, y si a mi edad sigo vivo será por una buena razón”. Así que le dijo al educador: “Espera, me voy contigo”.
“Escribir mi nombre ha sido una de las cosas más grandes que he aprendido, antes firmaba con una equis. Ese fue mi nombre durante casi 100 años. Era todo lo que sabía. Ahora cada mañana me pregunto qué aprenderé ese día.”
Y así fue como se convirtió en el alumno más viejo que jamás había tenido el centro. Y me pregunto sino uno de los más ancianos en aprender a leer y escribir en cualquier momento de la historia de la humanidad. Su historia primero trascendió a los medios locales, y de alguna manera llegó hasta el estado de Washington, donde el profesor de primaria Richard Glaubman quiso conocerlo en persona para ofrecerle que hablara en su colegio para los alumnos.
Glaubman y Dawson terminaron escribiendo las memorias de éste de forma conjunta, y entonces, con 100 años cumplidos saltó a la fama, saliendo en la revista People y en el show de Oprah. El libro se llamó Life is so good, en español traducido como La vida es hermosa, ya que así es como sintió este gran hombre que había sido la vida con él.
La apertura mental que demostró George fue más allá del hecho de aprender a leer y a escribir, ya que como él cuenta su primer pensamiento cuando Richard le propuso el proyecto fue: “Me dije nunca confíes en el hombre blanco, porque así me enseñó mi abuelo. Pero resulta que en esta ocasión sería la primera vez en mi vida que rompería esa creencia, porque hasta entonces siempre la seguí al pie de la letra. Nunca es demasiado tarde para cambiar.”
George Dawson despegó el 5 de julio de 2001 dejando una huella imborrable en los corazones de millones de personas. Acabo de comprar su libro por internet, presiento que será una de esas historias que contaré a mis nietos con nombre y apellido.