En caso de duda diga siempre la verdad. Así no tendrá que recordar lo que ha dicho”, decía Mark Twain. El caso es que la honestidad es un hábito creado a partir de la educación que nos permite llegar a grandes cosas en la vida. Primeramente se trata de ser honesto con uno mismo. Para poder tener una disciplina, para poder observarnos de manera crítica con un mínimo de objetividad, y sobre todo para poder creer en nosotros mismos necesitamos “contarnos” crudamente cómo estamos actuando en la vida.
A parte de no tener que andar haciendo memoria para ver qué contó a unos y otros, tampoco tendrá que hacer ningún esfuerzo para saber qué piensa y qué siente en realidad, en la realidad que está más allá de las excusas. Empezamos así a responsabilizarnos de nuestras acciones y actitudes, la única manera de progresar en cualquier campo. Evitar las excusas, centrarnos en nosotros mismos para reconocer nuestros errores es un paso duro de llevar a cabo pero imprescindible para lograr el éxito.
Además de esto decir la verdad es un hábito saludable. Nos esforzamos por comer manzanas dos veces por semana pero descuidamos aspectos tan ligados a nuestra esencia como la honestidad. Ocultar la verdad requiere una gran cantidad de recursos, nos chupa la energía y no nos permite mostrarnos tal cual somos. Nos resta autenticidad.
Pero como también dijo Mark Twain, “nadie se desembaraza de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.” ¿Cuándo empezar a ser honesto con uno mismo y con los demás? Es una pregunta que se responde sola: Solamente puede ser ahora, ya que si se empiezan a elucubrar teorías y excusas para hacerlo un poco más tarde… entonces, entonces ya no somos honestos. Resulta incómodo y difícil en ciertas ocasiones, pero el beneficio que reporta es a medio plazo muy positivo. Decir la verdad tan rápido como se piense es un hábito saludable que sin duda nos convierte en personas más inteligentes, acostumbradas a no dar tumbos ni circunloquios. Lo que es más importante, los demás sabrán dónde estamos y qué pensamos.