¿Dietas milagro o constancia? Diario de una aviadora. A una canción del verano, encontramos que ya llegó el buen tiempo . Apetece salir a la calle, disfrutar del aire libre y de las terracitas. Hacia el mediodía las temperaturas rebasan la veintena de grados y las tardes alargan. Para algunos llega el suplicio a la hora del cambio de armario, ¿reventaré los shorts del verano pasado?
¡Qué no cunda el pánico! A estas alturas poco podemos hacer, bueno, ¿y una dieta milagro? En 4 semanas listo, como si hablásemos de un ciclo lunar completo. Y desde luego que funciona así, ojito con el efecto rebote y la cara de haba que se te queda. Pero de haba frita rebozada.
Perdí más de veinte kilos antes de iniciar mi andadura en aviación, la conclusión es que buenos hábitos conducen al éxito.
Una pregunta común que escucho es; «¿cómo puedes estar tan delgada viajando tanto y comiendo fuera?», aliviados quedan cuando conocen que no estoy a dieta continúa y que es posible mantener la línea.
El sistema se reduce a una serie de pautas que mantengo de forma asidua:
- Es básico conocer a nuestro organismo. ¿Disfrutas del desayuno y qué desayunas? ¿Cuántas comidas haces al día? A partir de ahora convierte a tu metabolismo en todo un TDI, haz de 5 a 6 comidas diarias, más ingestas con menos cantidad. Un catalizador para la fórmula 1 inicia el día con un desayuno potente y va reduciendo el contenido gradualmente hasta la cena.
- ¿Tienes alguna intolerancia alimenticia? Es la gran desconocida, suprimir en nuestra cocina aquellos alimentos que producen algún tipo de reacción en el organismo supone adelgazar en la mayoría de casos. Descubrí que tenía intolerancia al tomate y a las nueces, adelgacé unos 3 kilos en menos de un mes sin dieta. Todos conocemos a alguna persona que está siguiendo un régimen estricto infructuoso frente a la balanza, quizás sea intolerante a la lechuga, esta que parece insignificante y un icono healthy es una de las más comunes.
- Cuando comemos fuera nos apetece todo, tendemos a pedir mucho más de aquello que solemos tomar en casa. En ocasiones, esos antojos o meriendas atiborradas de dulces y bollería industrial es un indicativo que nuestro organismo carece de suficientes nutrientes. Nos llega esa necesidad de azúcar y es casi imposible resistirse. Estos ataques son dominables tomando suplementos que contenga una amplia variedad de vitaminas y cuantas más letras sumen mejor. Si es un suplicio dejar el dulce, opta por tomarlo para desayunar y pide a tu madre o suegra que los prepare, estarán encantadas y serán mucho más saludables. Tolerancia CERO a los dulces empaquetados del súper.
- Ayuda a tu cuerpo a depurar al máximo, reduce la ingesta de bebidas azucaradas y zumos de brick. Sustitúyelos por infusiones o agua con limón, ahora que llega el buen tiempo con hielo y hierbas aromáticas están riquísimos. Sí rotundo a los zumos naturales, licuados y smoothies.
Haz ejercicio cardiovascular, recuerda: «el sudor es el llanto de la grasa acumulada en los tejidos«, para quemar más grasa ingiere menos grasa. Es una fórmula que funciona.
Cambiar nuestra dieta de forma repentina y drástica produce un efecto rebote de vértigo. Y es muy frustrante, porque una vez que nos vemos más delgados regresamos a los viejos patrones insanos que nos traen de nuevo esos kilitos por partida doble. La constancia acompañada de nuevos hábitos vence siempre. ¡Ahora o nunca!