Una vocación repentina e inesperada marcó mi formación desde el principio
Fue inesperada porque vino a raíz de un viaje a Disney World (Florida) que me tocó como premio al enviar códigos de barras a Matutano. Siempre tuve la “profesionalidad” de apuntarme a todos los concursos: por vía postal, por radio o tv. No fue el único premio que gané en aquellos años. El viaje lo hice con mis padres cuando tenía 13 años. Y fue entonces, de forma totalmente casual (que no creo), cuando en el aeropuerto JFK de Nueva York vi en la terminal a una mujer vestida de piloto. Era una mujer imponente, o eso me pareció a tan temprana edad. Me dije: “Yo quiero hacer eso”.
Y a partir de ahí el vértigo. Primero he de decir que mis padres me tomaron en serio, y desde ese momento toda mi educación fue encarada a conseguir ser piloto. No conocíamos a ningún piloto, pero encontramos el camino. Cambiarme a ciencias, hacer el COU en Estados Unidos, e ingresar en la escuela de pilotos nada más regresar a España. Todo ello fue el plan de una familia con recursos justos pero que se estiraron hasta ser suficientes.
En Airmed, la escuela de pilotos, conseguí la titulación de piloto comercial e instructora de vuelo a los 20 años. Tres meses más tarde surgió la oportunidad de quedarme a trabajar en la escuela como instructora de vuelo. Descubrí en ese momento mi otra vocación, disfrutaba mucho dando clases e iniciando a los alumnos (mayores que yo en esa época) en el vuelo con avioneta. Cuatro años después entré en una aerolínea como piloto comercial, haciendo vuelos nacionales e internacionales. Continúo desempeñando esta labor.
“La felicidad no es una estación de llegada, sino un modo de viajar.” – M. Runbeck
A la par mi otra vocación estaba ahí, latente. Me formé como instructora de Pilates y conocí a Ron Fletcher, discípulo directo de Joseph Pilates. Un hombre ya anciano que me enseñó que algo que te apasiona es motivo suficiente para retener el entusiasmo que un niño siente por el mundo, pese a ser octogenario, como ya lo era él. Entre arrugas y pliegues sus ojos tenían un brillo similar a la felicidad.
Trabajé un tiempo como instructora de Pilates, descubrí que la maestría se alcanza al enseñar a otros.
Y entonces se me cruzó un libro del que fui tirando de un hilo hasta llegar a Jack Canfield. El libro era El Secreto, y Canfield participaba en este best-seller así como en otros varios como “Sopa de pollo para el alma”, siendo uno de los más prestigiosos coaches de USA. A partir de ahí la curiosidad, lecturas y más lecturas, y finalmente un periodo de varios años de formación directamente con él, con muchos viajes a Estados Unidos.
Estoy graduada en “The Canfield Training Group”, siendo la primera española seleccionada para formar parte del programa internacional “Train the Trainer”.
En Listos para Despegue vuelco todo lo que sé y lo que soy, que es lo que he ido aprendiendo y viviendo durante estos años. Es un proyecto personal destinado a mejorar el rendimiento en cualquier área de la vida de las personas con las que trabaje en mis ponencias y grupos.
Hace unos días se lanzó el best seller SUW, Success University for Women, del que soy coautora junto a otras veintitrés mujeres de once nacionalidades distintas, partiendo de diferentes culturas y religiones que sin embargo no resultan limitantes a la hora de conseguir sus propósitos vitales.
En adelante, quién sabe. Pero desde esta web podrás ir siguiendo de cerca las evoluciones que vaya teniendo tanto personales como en LPD. Listos para Despegue.
