Hablaba hace un par de semanas Manolo Castro en su programa Kilómetros de radio (RNE5) sobre el test Marshmallow, que en inglés equivale a nuestra “nube de golosina”. El test se hizo en Stanford por el psicólogo Walter Mischels en 1972, y consistía en poner a un niño en una habitación vacía, sin distracciones, frente a un plato de este tipo de golosina. Un niño de preescolar, que en el caso de que aguante 15 minutos sin comerse la golosina del plato será premiado con una segunda golosina. En dicho estudio se dijo que los niños que consiguieron mostrar un mayor autocontrol y esperar el tiempo necesario para obtener la recompensa, en el futuro consiguieron ser estudiantes más competentes.
Ya de mayores, y en un mundo tan real como práctico, podemos darle un pequeño giro a esta historia. ¿Y si contra la típica frase “podría haber sido peor” o “siempre puede ser peor” enfrentáramos la menos usual “podría haber sido mejor” o “siempre se puede estar mejor”? No es cuestión de inconformismo de salón o de soberbia, es cuestión de valentía y oportunidad. Si tomamos las decisiones creyendo y teniendo en cuenta que aunque estemos “bien” podremos acceder a estar mejor, entonces empezaremos a verlas. Como dijo el matemático, filósofo y campeón del mundo de ajedrez Emanuel Lasker: “Cuando encuentres una buena jugada, trata de encontrar otra mejor”.
Para esto se requiere de paciencia, saber esperar, autocontrol. Si por ejemplo queremos llevar a cabo un proyecto que nos apasiona, primero debemos probar la temperatura del agua antes de zambullirnos. Tal vez podamos empezar por intentar el proyecto a tiempo parcial. Preguntemos a gente que nos pueda asesorar porque hayan gestionado proyectos similares o porque sean expertos del campo en el que nos queramos meter. O incluso antes de empezar el proyecto, dediquemos un tiempo a planear cómo esperamos que sea nuestra vida una vez el proyecto esté en marcha. Cuánto de nuestro tiempo estamos dispuestos a concederle. Hagámonos preguntas, dediquemos tiempo a considerar el proyecto. Seguro que aparecerán nuevas ideas que enriquecerán el proyecto. Aunque el proyecto que tenemos sea una buena jugada, tratemos de hacerla mejor.