Su buen hacer y su buena energía contagiosa hicieron que ampliara su público y que trabajara con todo tipo de profesionales: abogados, ejecutivos, profesores, periodistas, cantantes, políticos, actores, médicos… La pregunta es, ¿y para qué esta gente tan dispar necesita un entrenador de acento? La respuesta la da la misma Claudette: “Una mejor comunicación crea mejores oportunidades en la vida. Una buena dicción implica inteligencia y confianza”.
Me contaba como ejemplo el caso de una médico de Europa del este, que vivía y trabajaba en Estados Unidos. Esta mujer tenía problemas causados por su fuerte acento a la hora de una comunicación con los pacientes: la dificultad de entendimiento en algo tan delicado la perjudicaba, y según ella hacía que los pacientes no confiaran en sus diagnósticos. Como puede verse en la película “El discurso del Rey”, el proceso de mejora en la comunicación es también un progreso en la autoestima de la persona. “Mi meta es guiar a la gente a sacar lo mejor de ella misma en cada situación; un líder fuerte, un enérgico motivador o un cuidadoso profesional”.