“Conocí a Michael Stipe en Michigan, en 1995. Me había llamado el 14 de febrero desde Barcelona, España. No lo conocía, pero consciente de la muerte de mi esposo y adivinando mi soledad, llamó para desearme un feliz día de San Valentín. Esa fue la primera vez que hablamos y la última que sería un extraño”.
Curiosamente así fue como Patti Smith retomó su vida en los escenarios, tras 15 años de retiro voluntario para vivir con su marido Fred Sonic Smith y tener dos hijos. En 1995 REM estaba en la cúspide de la fama y Patti Smith un poco olvidada. Se publicó un libro con fotografías del propio Stipe tomadas durante la primera gira de vuelta de Patti Smith, como telonera de Bob Dylan, que se enteró de su difícil situación y la invitó a ir con él. Hace unos meses era Michael Stipe quien volvía a subirse a un escenario tras la disolución de REM hace cuatro años. Hizo de telonero para su amiga Patti.
Esta es una historia que refleja a una persona con clase, que actúa con plena conciencia y empatía, mejorando su vida y la de los demás. Con esta acción muestra su aprecio , y al hacerlo se alcanza un estado emocional de gran vibración, un estado de abundancia. A partir de una actitud positiva e ilusionante se generan incluso nuevos circuitos de interacción neuronal, que desarrollan la inteligencia de un modo más espiritual y emocional.
Es sabido desde hace unos años que nuestro cerebro tiene la capacidad para crear neuronas cada día, y también para conectar las neuronas por diferentes caminos que no habían usado antes. En realidad esta plasticidad es una gran oportunidad de cambio en nuestro día a día. Tenemos la “posibilidad” de hacernos de nuevo, ¿por qué no hacerlo a la altura de nuestros ideales?