No siempre podemos tener una hoja de ruta. Para lograr algo debemos inclinarnos en esa dirección, adentrándonos en su campo como exploradores. Que no tengamos el camino trazado no significa que estemos perdidos. Debemos inclinarnos en la dirección correcta y confiar en que el camino irá apareciendo.
Entonces con bastante seguridad encontraremos obstáculos que nos parecerán desvíos. Sin embargo estos desvíos pueden ser en un momento dado caminos más adecuados para el propósito que buscamos. Porque, ¿cuál es el significado de tu sueño? Hay una motivación subyacente. Si la encontramos podemos canalizar nuestra energía por otras vías que nos lleven a desarrollar esa motivación. Puede parecer entonces que estemos perdidos, pero en realidad estamos explorando. El motor no debe girar en vacío, hay que seguir moviéndose, pues hay diferentes formas de alcanzar el sueño. Y el sueño puede tomar también diferentes formas que no habríamos imaginado.
Pregunta a quien haya conseguido llegar antes a donde tú quieres ir, y mientras tanto sigue inclinado en una dirección, focalizado en un objetivo, esperando tu oportunidad: el momento decisivo para hacer que nuestro talento tome forma en el mundo real.
Profundiza en una dirección, explora, aunque el camino no se vea claro y aunque parezca que se conduce entre la niebla. Podrás ver un trecho de camino ante ti, y luego otro. Los pasos de bebé se vuelven camino de gigantes. En el bosque se abren claros. Continúa. No te pares hasta encontrarte.