Miedo a Volar. Esta edición la dedicamos a una petición realizada por varios de nuestros lectores. Estamos a vuestra disposición, las 24 horas los 365 días, y los bisiestos estamos hasta 366 días pendientes de vuestras sugerencias.
Muchas personas conocedoras de mi profesión me preguntan sobre cuestiones técnicas, reconocen que esas dudas les producen cierta incertidumbre. Aunque la gran mayoría, consideran que los pilotos somos profesionales competentes que estamos en formación continua a lo largo del año.
Las preguntas más frecuentes van relacionadas con los escenarios menos favorables ajenos a la competencia de la tripulación. Vienen a ser: las condiciones meteorológicas adversas y las capacidades de las aeronaves para soportar esos factores puntuales, así como alguna emergencia relacionada con la falla de algún motor en vuelo. Pero, ¡qué coincidencia! Corresponden con los escenarios catastróficos de las pelis, y claro creemos a pies juntillas cada desenlace y por mucho que la tripulación sea buena, estamos sujetos de forma voluntaria a la obediencia de la creencia basada en la tragedia incipiente, ya servida en bandeja. Damos por sentado que la secuencia que vimos en el cine es la lógica. Para vuestra tranquilidad, no se corresponde con la realidad.
Resulta ser tranquilizador conocer que en caso de una emergencia, seguimos un protocolo de seguridad bajo los criterios establecidos por el fabricante de la aeronave, que nos garantiza la integridad de la estructura al completo. Estas premisas a su vez, son seguidas por la tripulación de vuelo. En ningún momento, el avión caería en picado sin control en caso del fallo de uno de los motores. Una de las maravillas del diseño de una aeronave viene a ser esa distribución de presiones a lo largo y ancho de cada ala que la soportan en el aire, su diseño es perfecto y añadiría fantástico para llegar a sustentar una mole de 40 toneladas, en su tamaño mediano. Me resulta fascinante que seamos capaces de cruzar océanos con personas a bordo y sus equipajes en las bodegas de carga.
Esta reflexión define la esencia de mi forma de ver el coraje y nuestro lado más heroico, ese que sacamos en situaciones puntuales casi al borde del abismo. Cuando no hay otra opción posible:
«Aquellos miedos por enfrentar llegan a ser nuestros límites»
Nos puede llegar a horrorizar aquello que desconocemos, en ocasiones vivir experiencias traumáticas nos condiciona a la hora de comportarnos en esas determinadas situaciones.
Estamos preparando con mucha ilusión un curso para ayudarte a combatir el miedo a volar. En breve publicaremos más detalles.
Si hoy no ha sido un buen día, recuerda que mañana saldrá el sol