La tercera edición de nuestras píldoritas publicada en la Fanpage de Listos para Despegue en Facebook, aterriza en este blog bajo petición de algunos de nuestros lectores. Agradezco vuestro tiempo y mensajes.
Hoy dedicamos esta entrada al miedo, en mi curso Abróchense los cinturones, jornada de un día completo dedico parte al que considero el peor enemigo del ser humano. Come ilusiones y ladrón de sueños, el famoso Coco de los cuentos, algunos nos hacían creer que llevaba un saco.
Siempre habitó en nuestra imaginación, fue alimentado por nuestras dudas y creció tanto hasta convertirse en una bestia enorme que con mucho pelo, pies de oso y varias cabezas nos mantiene a su merced.
Liberamos adrenalina en su presencia, el que fuera un instinto de supervivencia en el pasado hace mucho que perdió su razón de ser, pero nos paraliza.
Me preguntáis por el miedo a volar, otros por el miedo a las alturas, ciertas personas quieren indagar en el agobio que les produce subir en ascensor. Todos ellos comparten una base irracional, dando mucho más valor a lo catastrófico que puede llegar a ser el escenario, en lugar de dar más peso al motivo que ocasiona vuestra angustia.
Y en contra de la sabiduría popular, ya decía mi abuela que aquello que el nacimiento da, la sepultura lo quita. Aplicable a las maneras de vivir y ser, también resultó ser un himno ochentero de la banda Leño. A mí forma de ver la superación personal, este refrán constituye un obstáculo en nuestro desarrollo personal, sentenciando nuestra valía a la baja.
Si todavía no has asistido a ninguno de mis cursos, te recomiendo que consideres inscribirte a los próximos.
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Achanta tus miedos y acalla tus dudas:
Personifica ese miedo, imagina que es un niño de dos años que de forma caprichosa te dijera que no quiere subir al coche para ir al colegio, ¿le concederías ese placer? ¿Qué sería primordial, su deseo o el fin del traslado?
Si hoy no ha sido un buen día, recuerda que mañana saldrá el sol.