QUEROSENO PARA VOLAR (PILDORITA XXII)

Queroseno para volar. No tenía nociones del embolado, y formaba parte del programa profesional. Para llegar a ser piloto de aviación tuve que dedicar incontables horas de estudio a ciertas asignaturas que carecían de mi interés. La primera fue en la frente, motores; su funcionamiento, estructuras, lubricantes. Me encantaba el nombre árbol de levas, imaginaba que sería la joya del jardín, y echándole imaginación a toda la lógica que podía llegar a tener una estudiante de letras, logré asimilar la asignatura de forma indecible. Empezamos por motores de pistón, eran más básicos y correspondientes a las avionetas de la escuela. 

En el siguiente módulo de preparación, aparecieron los motores de reacción, las leyes de Newton y el queroseno. Este último es el nombre que recibe el combustible que utilizan los motores de reacción, y para llegar a ser partícipe de esa fuerza que impulsa a la aeronave hacia delante debía ser canela en rama, o al menos era el primer pensamiento que tuve al estudiar sus propiedades.

Si dejamos que el alimento sea nuestra medicina, teniendo en cuenta sus nutrientes y calidad. ¿Por qué hacer la vista gorda a la calidad de nuestro día a día? Al igual que el queroseno es necesario, para que un motor gire endiablado, este combustible nutre esa reacción. Si nuestra jornada semanal viene a estar definida por una determinada ocupación laboral, y organizamos el resto del tiempo en base a estos flecos entre sucesivas jornadas…El resultado final queda a merced de esa satisfacción que el trabajo produce a cada uno. La pregunta es simple, ¿eres feliz en tu trabajo? 

Para aquellos con ganas de indagar, seguiríamos con algunos apuntes, si tuvieses la oportunidad de disponer de «una varita mágica»:

-¿Qué cosas cambiarías de tu trabajo? ¿Está en tu mano el cambio?

De perogrullo, la relación con determinados compañeros quedaría bajo nuestra responsabilidad. Nadie tiene la capacidad para hacernos sentir mal, a menos que así sea permitido. Un comentario de poetastro o fuera de lugar, no es más que una opinión. Despierta nuestra ira o enfado porque creemos en la posibilidad que quizás albergue algo de razón, desde la barrera y ante la ausencia de lógica la respuesta debería ser con indiferencia.

Siempre hay lugar para la mejora, continuemos:

-¿Y si no trabajases por dinero? ¿A qué te dedicarías? ¿Hay alguna forma de ocupar parte de tu día en la dedicación al desarrollo de otras habilidades que mejoren tu destreza en actividades que despiertan tu empeño?

El queroseno nutre a los motores de reacción para su funcionamiento, y gracias al rugido y empuje de los motores, una aeronave de miles de toneladas es capaz de despegar del suelo y volar alto, muy alto. 

¿Estás segur@ de contar con suficientes motivos para despegar? De la misma manera, la tercera ley de Newton constata que cada acción produce una reacción, nuestra misión debería ser: remontar, arriesgar durante el planeo, vivir y modificar nuestro plan de ruta de acuerdo a los resultados, hasta ser capaces de volar alto, muy alto sobre la línea del horizonte hasta alcanzar esa elegancia imperial. Dentro de esa proyección, los rasguños forman parte del plan.

Recuerda, si hoy no ha sido un buen día, mañana saldrá el sol.